En agosto de 1994, el escritor Álvaro Abós mencionaba sobre Gabriel Báñez: “aunque su nombre no suene con demasiada frecuencia en el gallinero literario debido a que insiste en cometer un pecado mortal en nuestro medio macrocefálico: vivir en La Plata, alejado de cenáculos y fastos”. Abós hacía referencia a la necesidad de recurrir a Hacer el odio para comprender lo sucedido días atrás: el atentado a la AMIA. En su opinión, la novela servía como una clave para entender el antisemitismo latente en la Argentina de aquellos años.

Originalmente publicada en 1984 por Bruguera, la novela pasó desapercibida durante años. Según Abós, “los ejemplares remanentes de la edición fueron a parar al proceloso mar del saldo o de la librería de viejo, donde tantos tesoros escondidos vegetan a la espera de tiempos mejores”. Aunque no eran tiempos mejores, en julio de 2018 Hacer el odio fue reeditada por la editorial Mil Botellas. La contratapa de esta reedición resalta que la novela se adelantó a otras como Villa de Luis Gusmán (1996) o Dos veces junio de Martín Kohan (2002), que también abordan personajes que no son célebres verdugos, sino figuras ocultas en la cotidianidad que sostienen, a su manera, el horror.

Hacer el odio es una novela que se adentra en el abismo del odio latente en la sociedad argentina, un odio que, lejos de ser un fenómeno aislado o visible, se encuentra en el día a día de los personajes comunes y corrientes. Con una prosa precisa y un enfoque en las tensiones sociales y políticas, Gabriel Báñez ofrece una reflexión profunda sobre el antisemitismo y las dinámicas de odio presentes en un contexto determinado de la historia argentina.